Con la participación tanto de jóvenes creadores como de artistas consagrados, se inauguró en la tarde de ayer el Salón de Arte Digital 2019, en La galería de la Uneac, que permanecerá abierta durante todo el mes de mayo. Abordando la temática de la música desde la visión plástica, el Salón se niega a perder la vitalidad que lo ha caracterizado durante estos años.

Hijos de su época, como lo fueron los artistas del siglo XX, los exponentes van tras el ensayo de nuevas formas y herramientas que les permitan desafiar la imaginación. En un mundo virtual, donde pueden lograrse las más inverosímiles ideas, este arte debe crear un lenguaje propio, sin repetir esquemas que opaquen su autenticidad. La variedad de programas y aplicaciones a utilizar es abrumadora, sin embargo, para que el resultado sea una obra sólida, es vital la presencia de un concepto que guíe al artista en la utilización de dichas tecnologías. Limitarse a la manipulación fotográfica no es todo. De ahí la importancia de la confrontación, en espacios como este, entre los creadores.

La parte oscura del asunto es la desventaja tecnológica de nuestros artistas con respecto al resto del mundo. La creación se sustenta sobre la base de las ideas, pero se ejecuta desde el soporte material, sobre todo en este círculo. Es por ello mayor mérito el de los artistas que buscan soluciones ingeniosas para discursar desde la modernidad.

La tecnología informática ha demostrado ser más que unos y ceros en manos de los artistas de Las Tunas. El Arte Digital continúa su búsqueda de un lugar en la Historia del Arte Contemporáneo.

Relación de obras

Música Gioconda: Vladimir Santiago Carlos
Sin título: Junior Fernández
Sin título: Alexander Lecuzay
Sin título: Ariel Góngora Abreu
Melody: Javier Cruz González Bolero: Javier Cruz González
Disonancia de negro sobre blanco: Ignacio Rodes Mederos
Trinos: Leonardo Fuentes
Ritmo y equilibrio: Leonardo Mendoza Guevara
Party-turas: Liusan Cabrera Almaguer