Miriam, en nombre de la cultura
A propósito del Día del Trabajador de la Cultura, el 14 de Diciembre, 26 Digital comparte las vivencias de Miriam, y felicita a todos los que, desde cualquier escenario, tributan al quehacer artístico.
Las Tunas.- Es muy fácil encontrarla. Bastan un par de preguntas y ahí está… Apenas alza un poco la mirada del monitor para saludar y otra vez vuelve a perderse allá dentro. Tal vez a algún “confundido” le parezca que Miriam Rojas Chacón, por su profesión, es ajena al ajetreo de pensar y materializar los eventos culturales, pero nada más ilusorio, ella asiste al nacimiento y colorea el quehacer artístico de Las Tunas desde las conexiones digitales.
Al frente del área de Informática de la Dirección Provincial de Cultura carga sobre su “mouse” la responsabilidad de promocionar citas que surjan de la planificación o se gesten de repente. La Jornada Cucalambeana, por ejemplo, la saca de la cama a destiempo y le trastoca los horarios. Cualquier detalle que se salga de lo previsto lo sufre también con sentido de pertenencia. “Es bien difícil mantenerse al margen o delimitar responsabilidades, una es, de alguna manera, juez y parte de los procesos”.
Pero Miriam no siempre experimentó los alcances del arte detrás de una computadora. La Fiesta del Mar, a la orilla del puerto de Manatí, guarda mucha gratitud al desempeño de esta mujer modesta que no se atribuye tales logros.
“No soy de Las Tunas. Nací en Manatí y allí trascurrió una parte importante de mi vida. Del impulso de licenciarme en Español-Literatura me vino luego la pretensión de acercarme más a la cultura, de escapar de rutinas que no tenían mucho que ver conmigo.
“Tuve la suerte de ser la primera directora de la galería de arte de allí. El proyecto se materializó y yo asumí el reto sin pensarlo demasiado. Desde entonces supe cuánto deja una en cada desafío, actividad, gala, exposición. No se puede separar el trabajo de la vida personal, al menos no en la esfera de la cultura.
“De la galería pasé a ser especialista de Programas Culturales y finalmente asumí la Dirección Municipal de Cultura, una responsabilidad que exigió el máximo de mi tiempo y mi esfuerzo, pero que me formó como profesional.
“Es cierto que en aquella época comenzamos una investigación de las características socioculturales de algunas comunidades manatienses, las más pintorescas. El misticismo del Puerto, las leyendas, las tradiciones de los pescadores y la amplia gama de platos confeccionados a partir del fruto de la pesca nos impulsaron a institucionalizar un evento en el que confluyeran esas manifestaciones y pudiera cuidarse y mostrar tal idiosincrasia a los visitantes. Así nació la Fiesta del Mar y me enorgullece mucho que aún la repitan cada año”.
En el 2000 Miriam se mudó para Las Tunas y cruzó por primera vez las puertas de la Dirección Provincial de Cultura. Hace siete calendarios está en el área de Informática, desde donde defiende el talento local. Su equipo de trabajo se expresa a través de Tunarte, el sitio web. Con orgullo me habla de Teatro Tuyo, del Ánfora y otros eventos a los que, tristemente, les faltan impulsos.
Además de atender la red en su departamento, se encarga de prestar el servicio de Internet a todas las instituciones culturales y a escritores y artistas, otra cuestión que requiere cambios tecnológicos para optimizar los servicios. Esas deudas Miriam las carga como propias.
Me cuenta que cuando sus dos hijas eran pequeñas se cuestionó si era posible el desempeño laboral sin descuidar la familia, pero asegura que siempre encuentra el tiempo para hacerlo todo. Sus niñas hoy son dos artistas, la mayor compositora y la otra músico, siempre ataviada con su clarinete.
Miriam tiene una maestría en Estudios Socioculturales y más de 35 años de experiencia en el sector. Ella, en todos sus escenarios, ha aportado con creces a la cultura.