La eternidad sí basta para ti, Tony
“Resulta un lujo andar las líneas de La eternidad no basta para todos, poemario desbordante de reflejos vivenciales”, reconoció el escritor Argel Fernández Granado al realizar la presentación pos mortem de este texto en el Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Durante la 53 Jornada Cucalambeana (online), tuvimos un primer acercamiento a esa obra, pero ahora la librería Fulgencio Oroz, de la ciudad cabecera, e instituciones homólogas, tienen en sus anaqueles el valioso cuaderno.
El libro está compuesto por 91 sonetos que atrapan las metáforas e imágenes y nos las devuelve con la cadencia precisa. No por gusto Roberto Manzano afirma en el prólogo: “Antonio Borrego siente dentro de sí la música del verso, y el dedo azul de la poesía baja a la página, entra en la forma y teje su nácar”.
En Última voluntad expresa el autor desde su desbordante manantial lírico: “Para morir exijo un catalejo/ que muestre las desdichas de otro mundo. / Si el cielo con la tierra yo confundo/ vislumbraré algún mapa en mi entrecejo…”.
Tony nos habla desde su puesto en la eternidad (ese espacio reservado para los grandes rapsodas) de experiencias, amores, desgarramientos, observaciones… Quien también fue narrador y editor, regala aún después de muerto estos instantes necesarios con la literatura, precisamente en una estrofa que puede ser un especie de cubo de Rubik para quienes desandan su camino.
Borrego es considerado por muchos como el poeta más importante de su generación. Los días de Dios, Diapositivas, Juegos lunares y sus otros libros sobreviven al olvido por eso que su colega de las letras Carlos Esquivel resume en “estruendosa naturalidad, despliegue de signos que no resienten el signo mágico de su memoria, el acto justiciero de prodigar un cauce poético de alto valor ontológico y filosófico”.
Si a usted le apasiona la lectura, entenderá lo imperdonable de ignorar este texto. Si por el contrario no le gusta leer, le aconsejo que compre un ejemplar, no solo sería una forma de revivir al poeta, también se sentirá más vivo.