Nació entre una población eminentemente agrícola y ganadera, en Las Tunas, el 1 de julio de 1829. Su padre, Manuel Agustín Nápoles Estrada, era propietario de terrenos en la finca El Cornito, donde vivió hasta los 29 años, nutriéndose de la sabia bucólica que circula por sus composiciones.
Periodista, editor, dramaturgo y pagador de obras públicas fueron algunos de los oficios desempeñados por la figura más prominente de la espinela del siglo XIX en Cuba, cumbre del siboneísmo y el criollismo literarios, fuente de inspiración para poetas posteriores.Su primer libro publicado fue Rumores del Hórmigo, entre 1856 y 1857, luego aparecieron Consecuencias de una falta, drama en cuatro actos (en verso), en 1859. En 1974 se editó el volumen Poesía Completa. Nápolés Fajardo no solo escribió décimas, sino también sonetos, letrillas, epigramas y romances. Se dio a conocer como El Cucalambé que, según el ensayista y poeta Carlos Tamayo Rodríguez, significa cierto baile de negros, seudónimo festivo de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, que se corresponde con una parcela fértil de su obra, enraizada en los valores autóctonos de nuestro folclor latinoafricano.
Desapareció misteriosamente de Santiago de Cuba en 1861, a la edad de 32 años.
Sobre El Cucalambé, el poeta Alexis Díaz Pimienta, expresó:
«Con su poética personal llenó la décima de un aire muy cubano, cantó asuntos y paisajes esencialmente cubanos, y ello hizo que fuera tan popular en su época como ninguno de sus contemporáneos y que dejara una huella indeleble entre los campesinos, y por supusto, entre los improvisadores.»
Alexis Díaz Pimienta: Teoría de la improvisación. Primeras páginas para el estudio del repentismo. Sendoa Editorial, 1998. (Col. De Literatura y Antropología, n. 6)
Mi Hogar
A la orilla de un palmar
Que baña el fértil Cornito
A la sombra de un caimito
Tengo mi rústico hogar.
Esbelto como un pilar
Domina montes y llanos,
El viento arruya los guanos
De su bien hecha cobija,
Y esta habitación es hija
Del ingenio y de mis manos
Este es mi hogar, y aunque en él
No hay relucientes tesoros,
De plumas de tocororos
Tengo en la puerta un dosel;
No luce aquí el oropel,
No brillan aquí diamantes,
Pero hay en sus habitantes
Hijos de raza cubana,
Paz, contento, fe cristiana
Y amor a los semejantes.
………. (Fragmentos)
Juan Cristóbal Nápoles Fajardo: Poesía completa. La Habana. Editorial Letras Cubanas, 1977. P. 43, 44,45.